Descubrir Gran Canaria, en el sentido más amplio de la palabra, requiere mucho, mucho tiempo. Es una aventura apasionante que nos puede sorprender en cada vuelta de camino. Álvaro Monzón, autor de una serie de artículos divulgativos nos presenta un indómito paisaje, una naturaleza caprichosa que, en forma de rocas, resiste el paso del tiempo desafiando los efectos de la meteorización.
Gran Canaria tiene rocas muy variadas que van en composición desde basaltos a traquitas y fonolitas. De todas las etapas geológicas de Gran Canaria, hoy en día, nos quedan en el paisaje muchos elementos, por ejemplo: volcanes, fortalezas, mesas, arcos; enormes, pequeños y medianos roques, agujas, etc..
Todas estas formas se han ido puliendo en los diferentes procesos erosivos y durante millones de años la naturaleza ha ido dando forma que, con un poco de imaginación, nos llevan a dibujar la figura de un animal, por ejemplo.
Alvaro Monzón, mediante estos capítulos de Rocamanía, nos acerca a esas bestias de rocas, a esos colosos pétreos, a los arcos y agujas más espectaculares de la Isla, a las piedras escultóricamente labradas, y en general, a rincones remotos de la isla de Gran Canaria donde el senderista queda fascinado con la singularidad de un paisaje pétreo sin parangón.